La restauración de suelos de terracota es una tarea que puede revitalizar por completo el aspecto de áreas exteriores como porches y patios, devolviéndoles su belleza original y protegiéndolos de las inclemencias del tiempo. Con el paso de los años, factores como el sol, la lluvia y el uso cotidiano tienden a dejar huellas en estos suelos, manifestándose en forma de manchas y un aspecto deslucido y apagado. En este artículo, detallaremos paso a paso cómo recuperar la vida y el color de suelos de terracota, abordando desde la limpieza profunda hasta la protección final, resolviendo así las dudas más comunes sobre este proceso y proporcionando soluciones prácticas para un mantenimiento eficaz.
Limpieza y eliminación de manchas
El punto de partida para la recuperación del suelo de terracota es una limpieza efectiva que permita eliminar todas las manchas incrustadas en los poros del material. Para ello, se recomienda el uso de un limpiador específico, como el San y Gel, diluido en agua siguiendo las proporciones adecuadas.
Aplicación del producto de limpieza
Una vez preparada la solución de limpieza, se debe aplicar con una fregona o bayeta sobre el suelo, dejándola actuar durante unos minutos para que pueda disolver las manchas. Posteriormente, es necesario realizar un enjuague con agua abundante para eliminar cualquier residuo del producto de limpieza.
Tratamiento contra el velo blanquecino
A menudo, después de la limpieza, el suelo puede presentar un velo blanquecino debido a las eflorescencias salinas o incrustaciones calcáreas. Para solucionar esto, se procede a una segunda limpieza con un producto como Sane, igualmente diluido en agua. Se aplica con la fregona y se frota con un estropajo verde para después realizar un nuevo enjuague con agua.
Secado y preparación para el tratamiento
Antes de proceder a la aplicación de cualquier tratamiento protector, es crucial asegurar que el suelo esté completamente seco. Dependiendo de las condiciones climáticas y si se trata de un área interior o exterior, este proceso puede tardar entre dos y tres días.
Protección y terminación del suelo de terracota
Tratar suelos de terracota en exteriores implica saturar la porosidad de las piezas para protegerlas contra las inclemencias del tiempo y las manchas domésticas tan comunes en zonas de uso frecuente como porches y barbacoas.
Opciones de terminación
Existen dos alternativas principales para la terminación del suelo: mantener la tonalidad natural o potenciar los colores con un efecto mojado. En este caso, para intensificar la tonalidad y asegurar una protección óptima con efecto mojado, se recomienda la aplicación de un renovador profesional para suelos porosos.
Aplicación del tratamiento protector
Utilizando un rodillo especial para suelos rústicos, se aplica el renovador directamente sobre la superficie limpia y seca. Es importante distribuir una capa generosa y uniforme, evitando la formación de charcos. Si se desea un brillo adicional y una textura más suave, es posible aplicar una segunda mano después de una hora.
Resultados y mantenimiento
Al finalizar el proceso, se puede observar cómo el suelo recupera su aspecto inicial, mostrándose como nuevo y con una protección duradera. Este mantenimiento contribuye a prolongar la vida útil del suelo de terracota y a facilitar la limpieza en el futuro. Así, con el cuidado adecuado, el encanto de estos suelos puede disfrutarse durante muchos años.
