La gestión térmica es un aspecto crucial en el mantenimiento de cualquier PC, particularmente en lo referente al procesador. La adecuada disipación del calor no sólo garantiza un rendimiento óptimo, sino que también previene daños a corto y largo plazo en los componentes. Uno de los elementos vitales en este proceso es la pasta térmica, un compuesto que, aplicado correctamente, puede marcar la diferencia en la temperatura de funcionamiento de nuestro equipo. En este artículo, abordaremos todo lo que necesitas saber acerca de las pastas térmicas: qué son, su importancia, y cómo elegirlas de acuerdo a su capacidad de conducción de calor. También, compararemos tres tipos de pastas térmicas, desde la más básica hasta la más avanzada, para resolver cualquier duda sobre su rendimiento y cuándo es necesario cambiarlas para mantener tu PC en las mejores condiciones.
¿Qué es la pasta térmica y cuál es su función?
La pasta térmica es una sustancia conductora de calor que se aplica entre el procesador y el disipador para mejorar la transferencia de calor entre estas dos superficies. Dado que tanto el disipador como el Integrated Heat Spreader (IHS) del procesador pueden presentar micro imperfecciones, la pasta térmica rellena estos pequeños huecos, asegurando un contacto más eficiente y una disipación de calor más uniforme.
Tipos de compuestos térmicos
Pastas térmicas comunes
Son el tipo de compuesto térmico más utilizado en ensambles de computadoras. Se presentan en jeringas de distintos tamaños y su consistencia facilita la aplicación sobre las imperfecciones del IHS y la base del disipador.
Thermal pads o pads térmicos
A diferencia de las pastas, los pads térmicos son sólidos a temperatura ambiente y se ablandan con el calor, adaptándose a las irregularidades de las superficies a unir. Su aplicación es más sencilla pero suelen tener una conductividad térmica inferior comparada con las mejores pastas térmicas.
Metal líquido
Compuesto por aleaciones como el galio, indio y estaño, el metal líquido mantiene un estado líquido a temperatura ambiente y presenta una conductividad térmica extremadamente alta. Sin embargo, su uso es más delicado y no es recomendable para todos los usuarios debido a su potencial reactividad con ciertos metales y su conductividad eléctrica.
Parámetros de elección de una pasta térmica
Conductividad térmica
La conductividad térmica es una medida clave en la elección de una pasta térmica, indicando su capacidad para transferir el calor. Se mide en watts por metro Kelvin (W/mK). Mientras más alta sea esta cifra, mejor será la transferencia de calor. Una pasta térmica de buena calidad oscila entre 4 y 5 W/mK.
Durabilidad
La durabilidad es otro factor a considerar. Con el tiempo, las pastas térmicas pueden secarse y perder efectividad, lo que implica la necesidad de reemplazarlas para mantener una óptima transferencia de calor. Dependiendo del tipo y la calidad de la pasta, este periodo puede variar significativamente.
Comparativa de pastas térmicas
Al realizar pruebas comparativas entre diferentes pastas térmicas – de gama baja, media y alta – se observa que la capacidad de conducción de calor influye directamente en las temperaturas alcanzadas por el procesador bajo carga. Aquí es evidente que las pastas de mayor conductividad ofrecen mejores resultados, reduciendo los grados centígrados de manera significativa y, por ende, mejorando el rendimiento y la longevidad del procesador.
En conclusión, la elección de una pasta térmica adecuada puede impactar directamente en el rendimiento térmico de tu PC. Es fundamental considerar la conductividad térmica y la durabilidad del producto, así como estar atento a los signos que indican la necesidad de un cambio para asegurar que tu sistema se mantenga fresco y funcional.