El embarazo es un viaje de constantes cambios y adaptaciones tanto para la madre como para el bebé. Uno de los aspectos que suele generar incertidumbre es la posición del bebé en las últimas semanas de gestación, especialmente cuando se dice que el bebé «está muy alto» o «no está encajado» en la pelvis. En este artículo, abordaremos qué significa y por qué ocurre esto, cuál es su importancia real y, lo más significativo, cómo puedes colaborar para facilitar que tu bebé se coloque correctamente, especialmente si estás próxima a la labor de parto. Adentrémonos en este tema esencial para aclarar dudas y brindarte la tranquilidad y las herramientas necesarias para afrontar este momento crucial.
¿Por qué el bebé «está alto» en las últimas semanas de embarazo?
Durante el embarazo, la posición del bebé respecto a la pelvis materna es un indicativo de su preparación para el parto. En las últimas semanas, se espera que el bebé descienda y se encaje en la pelvis, lo que favorece la estimulación del parto a través de la presión que ejerce sobre el cuello uterino. Esta presión desencadena la liberación de prostaglandinas y oxitocina, hormonas claves para iniciar el trabajo de parto.
Importancia del encajamiento en la pelvis
La relevancia del encajamiento del bebé en la pelvis radica principalmente en su papel durante el trabajo de parto. Si no has iniciado el parto, que el bebé esté más alto no representa una preocupación. El encajamiento puede ocurrir rápidamente y en cualquier momento, favoreciendo el inicio del proceso natural del parto. Por tanto, la observación de esta posición es más significativa si ya estás en trabajo de parto activo.
Cómo favorecer el descenso del bebé
Si bien es cierto que muchos bebés se encajan espontáneamente sin necesidad de intervenciones, existen ciertas prácticas que pueden facilitar el descenso y correcto posicionamiento del bebé, sobre todo si ya te encuentras en trabajo de parto.
Movilización de la pelvis
La pelvis es una estructura ósea móvil y articulada, que puede adaptarse para facilitar el paso del bebé. Por ejemplo, movimientos que amplían el estrecho superior de la pelvis pueden ayudar al bebé a entrar en ella, mientras que la apertura del estrecho inferior puede favorecer su avance durante las etapas más avanzadas del parto.
Ejercicios y posturas recomendadas
La realización de ejercicios y mantenimiento de posturas que promuevan la movilidad pélvica son clave. Actividades como caminar, subir escaleras, o andar en terrenos con desniveles crean asimetrías que ayudan a la apertura de la pelvis. La esferodinamia, o el uso de una pelota de ejercicios, facilita la movilidad pélvica constante, lo que puede ser de gran ayuda. Asimismo, mantener una postura erguida y evitar sentarse sobre la parte posterior de la pelvis son esenciales para favorecer la posición del bebé.
La importancia de la actitud y postura durante el trabajo de parto
En el caso de estar ya en trabajo de parto, adoptar posturas verticales y mantener el movimiento favorece el descenso del bebé por gravedad. Sin embargo, es fundamental escuchar a tu cuerpo y asumir las posiciones que instintivamente te resulten más cómodas, permitiendo que el proceso se desarrolle de manera natural.
La actitud ante el encajamiento
Si durante el trabajo de parto el bebé se muestra resistente a encajarse, es importante no agobiarse. A menudo, un cambio de postura o movimiento específico puede ser el «clic» que el bebé necesita para posicionarse correctamente. Confía en la capacidad de tu cuerpo y en la sabiduría inherente del proceso de parto.
Conocer la mecánica y los factores que intervienen en la posición del bebé en las últimas semanas de embarazo es esencial para afrontar esta etapa con seguridad y serenidad. Esperamos que este artículo te haya proporcionado información valiosa y práctica para vivir esta experiencia de la manera más positiva y preparada posible.